A través de las redes sociales nos llega muchísima información de valor, pero a veces, puede llegar a sobrecargarnos ¿qué es lo más importante? ¿cómo puedo yo tener más control? ¿estaré haciendo algo mal?

Es por eso que en el post de hoy, quiero darte un extra de tranquilidad, porque sí, las siestas son necesarias, pero necesitamos un descanso diurno sostenible, no perfecto, y te dejo 4 aspectos en los que vas a poder trabajar con calma e ir obteniendo mejoras con pasos asequibles.

Y sobre todo ¡0 estrés!

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1) Acomoda sus ventanas de sueño

Probablemente has oído hablar de estas famosas ventanas, parecen el centro de todo… y es cierto que son importantes, pero sobre todo, tienen que estar bien repartidas en el día, de nada nos sirve hacer una siesta perfecta por la mañana, si luego llegamos muy cansados a la tarde porque no cuadra la siguiente ventana planificada con nuestros horarios laborales o escolares.

Te dejo a continuación un esquema bastante sencillo que te permitirá tener bajo control las horas que debe dormir tu hijo y el máximo tiempo que debe permanecer despierto, estos pequeños cambios pueden ser claves para que concilie de manera más fácil y tú sientas que las siestas empiezan a funcionar un poco mejor.

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Un apunte importante:

Sus ventanas de sueño se van alargando a lo largo del día, la primera de todas será la que observes que es más corta, ¿verdad que siempre le da sueño al poquito de levantarse? Ve acomodando estos márgenes poco a poco, y sobre todo, encajando la realidad de vuestro día a día, ya que si las noches son de constantes despertares y las siestas cortas, es muy esperable que no llegue a estos periodos teóricos.

2) Prepara unos horarios realistas y efectivos

Ya sabemos los tiempos máximos para estar despierto entre periodos de sueño, ahora vamos a pensar en cómo organizar el resto de horarios para identificar y saber acompañar el momento en el que nuestros hijos estén más receptivos y preparados para dormir. Tenemos que tratar de acomodar su despertar, comidas, siestas y hora de dormir al ritmo natural de su cuerpo.

El estrés del día a día hace que sientas que todo es un bucle, que te sientas atropellada, y por querer estar en todos los momentos con nuestros hijos, retrasamos sus horarios de comidas, les acostamos más tarde, esperamos a que papá o mamá regresen del trabajo (aunque lo hagan muy tarde)… es normal no querer perderte nada, pero tenemos que aceptar, que estamos preparados física y hormonalmente para seguir unos ritmos y que tenemos que fluir con ellos, aunque esto suponga que el peque no cene con toda la familia (¡que es importantísimo! ¡lo sé!) o que durante un tiempo, nos tocará a nosotros llevar un horario más “british”

Si tengo que escoger una hora importante en el día, será la de dormir. Por tanto, aceptando que tu hijo debe estar durmiendo máximo a las 21:00, y con la información sobre las ventanas de sueño que hemos comentado, ve acoplando sus siestas, sus comidas, etc.

3) Repite y repite hasta que la rutina sea un realidad

Si hay algo que a tu hijo le aporta calma y estructura, es la rutina del día a día, su cerebro, aprende de la repetición, le aporta tranquilidad saber qué va a pasar. Depende de su edad, podrás anunciárselo también mediante tarjetas de rutinas, te dejo aquí enlazadas unas tarjetas de “La Tribu Encaja” que me parecen súper útiles para integrar estas tareas desde muy pequeños ¡aunque también puedes construirlas tú!, y para los más bebés, aún más… repetir, repetir y repetir… entender esta rutina, saber cuándo toca dormir, convertirá este momento en algo mucho más placentero.

4) Apóyate en el movimiento y el porteo

Por último, si ya tienes los factores anteriores bajo control, pero tu dificultad está en que pese a todo, los periodos de sueño son más cortos de lo que crees que necesita, tanto el movimiento (carrito, hamaca) como el porteo pueden ser grandes aliados. Puede que te resulte muy cansado o difícil de organizar al principio, pero para poder conquistar circunstancias más complicadas, como por ejemplo dormirse una siesta plácidamente en su camita o cuna, primero su cerebro tiene que saber dormirse en circunstancias más fáciles y con apoyo. Los sonidos orgánicos pueden ser útiles para enlazar ciclos de siestas, es importante controlar el volumen y el nivel de estimulación, o bien recurrir a dispositivos específicos como puede ser el “Sleeping Baby Play”.

Espero que estos tips te ayuden a entender mejor cómo acompañar las siestas de tu hijo, y si sientes que necesitas una ayuda extra, siempre puedes encontrarnos en nuestras asesorías de sueño personalizadas.

También puedes ampliar información sobre cómo mejorar las siestas de tu peque en mi masterclass sobre siestas.

Post escrito por Aurora González, asesora de sueño