Hace unos días resumíamos en otro post los principios básicos del baby-led weaning y contábamos cómo iniciarse en la alimentación complementaria a demanda, podéis leer la anterior entrada haciendo clic aquí.

Hoy quiero contaros, según nuestra experiencia, algunos consejos importantes que hemos descubierto por ensayo-error y que me hubiera gustado leer cuando empecé a estudiarme el método del baby-led weaning para aplicarlo con nuestro bebé.

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Algunos consejos sobre el baby-led weaning

Empieza por alimentos que os hagan sentir muy seguros. Los primeros días son difíciles, puede que muy difíciles… Quizá pases tanto miedo que pienses que esto no es para ti. Arcadas, vómitos, amagos de atragantamiento… Es VITAL que estéis tranquilos a su lado, inspirando confianza. Así que para empezar, mejor cosas con las que vuestros miedos desaparezcan. Algunas ideas: Patata hervida, zanahoria hervida, calabacín a la plancha, manzana asada. (Siempre respetando la regla de los tres días).

Olvidaos de cuánto come. Esto es muy importante… son recurrentes las cuestiones sobre este tema: “Mi hijo lo tira todo al suelo, chupa y escupe, parece que nada le gusta”. He oído historias idílicas de bebés que el primer día comieron de maravilla, y han probado todo siempre con gusto, y todo bien… como os digo cuando me escribís vuestras consultas en privado. Yo no conozco en persona a nadie que tenga un bebé así 😀 Así que tranquilos… es NORMAL.

Haced a vuestro bebé partícipe del momento de la comida. El baby-led weaning no es solo “comer en trozos”. Es hacer partícipe de una forma respetuosa a tu bebé de su propia alimentación, e incluirle en la experiencia social que supone para nosotros el momento de comer. Es importante que, en la medida que sea posible, comáis juntos y la misma comida. Eso favorece la imitación y mejora sus sensaciones respecto a la comida. Es un momento en familia que el disfrutará mucho y esperará con ganas.

No sentéis a vuestro a bebé a comer si tiene sueño. Nosotros podemos comer si tenemos sueño, y después echarnos una plácida siesta si tenemos la posibilidad, pero los bebés no. A ellos la sensación de sueño les supera, les pone de muy mal humor, no están receptivos y no es el mejor momento de enfrentarse a algo, que sobre todo al principio, es un gran reto para ellos. Si tiene sueño lo mejor es que duerma aunque se salte la comida, no pasa nada, recordad que hasta el año, su alimento principal es la leche, así que no pasa nada porque no realice todas las comidas.

Antes de comer, siempre leche. Tampoco pueden sentarse a la mesa con hambre, por un lado, porque cuando tienen hambre y no obtienen el alimento con la facilidad que quieren, se frustran mucho. Por otro, porque después no realizará su toma de leche bien si ya se ha llenado antes. Conozco varios casos de bebés que bajaron de percentil al empezar con el baby-led weaning y culparon al método. Cuando indagas un poco ves que realmente, el bebé no estaba recibiendo la leche que necesitaba porque le estaban dando más importancia a la alimentación complementaria que a la principal, la leche.

Tened mucha paciencia. Por muchas razones… porque van a manchar, porque habrá días que coman “un montón”, y de repente vuelvan a las andadas y tiren todo al suelo, porque a veces os harán dudar de si estáis en lo correcto, porque os van a juzgar por no seguir el camino que siguen todos…

Y el más importante… Disfrutad. Acompañar a nuestros hijos en esta experiencia es una maravilla, ver cómo se superan y cómo juntos vamos consiguiendo logros es muy reconfortante, así que disfrutadlo al máximo juntos.

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