Cuando nos enfrentamos a un destete nocturno (también con biberón), nos estamos enfrentando realmente a un proceso bastante sencillo en lo que a instrucciones se refiere… me explico: la norma básica, es no dar leche, parece fácil… pero si en algún momento lo has intentado, y no has llegado al punto que esperabas, probablemente sepas que transitar emocionalmente este cambio sí que es complejo.
En este post voy a explicarte cuáles son los 5 errores en el destete nocturno que me encuentro más comúnmente en consulta y cómo solucionarlos:
1 – No planificarlo correctamente
A veces estamos tan al límite con una situación que decimos “¡Hasta aquí! ¡De esta noche no pasa!” pero si queremos ser coherentes con los cambios que vamos a realizar, es necesario planificarlos, ya que de la frustración luego surge la culpa y finalmente cambiamos de opinión en mitad de la madrugada. Los fines de semana son momentos un poco más fáciles que nos permiten recuperar sueño con alguna siesta si las noches iniciales son difíciles.
Además es importante que establezcáis bien qué turnos haréis, cómo atenderéis al peque y que os respetéis el uno al otro durante esa gestión, porque irrumpir en mitad de un enfado gritando “¡Trae, ya le duermo yo!” solo aumentará la presión entre vosotros y hará que el niño no entienda nada.
2 – No tener claras las necesidades nutricionales en la noche de nuestro peque
Por poner un ejemplo… con 12 meses hay muchos niños que no comen nada en la noche, otros que comen dos veces y algunos que toman teta o biberón más de 8 veces en la noche. Los dos primeros casos responden a necesidades nutricionales, no todos los niños conquistan el ayuno nocturno a la vez y dependerá de las calorías que consuman en el día, pero en el tercer caso, hablamos de necesidad de succión afectiva o apoyo para enlazar ciclos de sueño. No podremos abordar los dos casos de la misma manera. Así que lo primero, será entender cuánto necesita comer, y ante cualquier duda, validar estas necesidades con su pediatra de referencia y cuando lo tengas claro, puedes incorporar estrategias para ofrecer leche compatibles con la retirada de succión no nutritiva.
3 -Usar la leche para que se duerma cuando nos va bien
Si queremos quitar tomas nocturnas para descansar mejor, tendremos que ser consecuentes con lo que le pedimos. Un error muy habitual es dormirle en algunos momentos tomando teta y biberón, porque nos resulta cómodo, pero negarle eso mismo en los despertares nocturnos. El niño no entenderá nada y se enfadará aún más.
4 – Empezar el día dando leche
Si quieres evitarte grandes madrugones y acabar con un enfado enorme a las 4am que no sabes por qué está pasando, es importante que hagas una ruptura comprensible para el niño que le anuncie que la noche ha acabado. Para menores de 12 meses incorporaremos el cambio de pañal por ejemplo, y si ya han pasado la barrera del año, puedes ofrecerle el desayuno y después, o a la vez, su leche.
5 – Querer huir de su enfado en lugar de acompañar
Este es el punto más complejo. Tenemos que aceptar que el cambio parte de nosotros, que hemos sido coherentes con nuestras necesidades y las de nuestro hijo, y ser firmes en la decisión. Porque si el primer día le damos leche tras media hora de enfado, al día siguiente te propones hacerlo sí o sí pero al final tampoco, la evolución irá a peor en lugar de a mejor. Antes de dar pasos, conecta contigo y tus necesidades, para poder transmitir calma y coherencia a tu peque, se lo merece.
¿Te has encontrado realizando alguno de estos errores comunes en el destete nocturno?
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Post escrito por Sara Traver, asesora de sueño, lactancia y alimentación